Día 1: Ponemos en un recipiente 40 gr de harina integral de centeno y 55 gr de agua, mezclamos, tapamos y dejamos reposar a temperatura.
Día 2: Después de 24 horas de reposo seguramente no habrá ocurrido nada y lo que tenemos que hacer es simplemente remover la mezcla.
Día 3: Probablemente ya veamos unas pequeñas burbujitas y un olor un poco agrio. A partir de aquí alimentaremos nuestra masa madre.
Podemos descartar dos cucharadas de la masa madre que tenemos y añadimos un par de cucharadas de harina de fuerza y una de agua, removemos y dejamos reposar 24 horas.
Día 4 y siguientes: El aspecto de la masa será ya mas hinchado y esponjoso
A partir de aquí repetiremos los pasos del día 3.
Tendremos lista para usar la masa madre cuando sea capaz de ganar volumen en pocas horas.
Dudas que nos pueden surgir;
Por que descartamos dos cuchara de masa madre en cada paso?
La única razón es que si no lo hacemos vamos a acabar con una cantidad inmensa de masa.
Debemos alimentar continuamente esta masa?
Si la tenemos a temperatura ambiente debemos alimentarla, por lo que si no vamos a usarla en unos días lo mas cómodo es conservarla en el frigorífico de esta manera ralentizamos su actividad.
Tras unos días en el frigorífico aparecerá en la superficie un liquido que ira oscureciéndose . Cuando vayamos a utilizarla, retiramos este liquido y necesitaremos darle un par de refrescos para recuperar su actividad.